Hablar de Chicha o Cumbia Peruana, es hablar tambien del campesinado, del proletariado, psicodelia y otros estados de conciencia. Hace un par de años que conocimos a DJ Sabroson, primero aca en chile junto a Elliot Tupac, y despues alla en la Cuantica ciudad de Lima. Tuvimos la suerte de viajar a la selva, a Pucallpa, y ahi comer pirañas, ver charapas, y tambien entregarse a la sabiduria del Ayahuasca junto a su fiel compañera chacruna. La Cumbia sea donde sea, sera siempre un viaje a otras dimensiones. Copio aqui la entrevista de la revista cañamo. Aguante la Pirateria!!!
“Esa noche tuve un sueño muy vívido, en colores, de la selva
verde y la roja puesta de sol que había visto a la tarde. Una ciudad que era
una mezcla, que me era familiar, pero que no podía localizar. En parte era
Nueva York, en parte México y en parte Lima, ciudad ésta que para ese entonces
no había visto”. William Burroughs reconoció entre los colores fluorescentes y
alucinaciones de sus primeros encuentros con la ayahuasca a la capital de Perú,
que dos décadas después -las narraciones del escritor beat hacia Allen Ginsberg
publicadas en “Cartas de la ayahuasca” fueron durante 1953- recibiría fuertes
oleadas de inmigrantes. Así fue como poco a poco en medio de la suburbia limeña
comenzaba a gestar-se el movimiento cultural ‘chicha’, plagado de colores,
ritmos pachangueros y el folklore traído de cada extremo de Perú, incluyendo
entre esos sabores la luz tropical de la Amazonía y con ella, la ayahuasca.
Uno de los investigadores del tema es el sociólo-go Alfredo
Villar, que recientemente visitó Chile junto al cartelista chicha Elliot
Urcuhuaranga, uno de los autores más relevantes de carteles chichas -creados
para promocionar la cumbia chichera- en Perú. “La cultura chicha no es más que
la evolución del mestizaje cultural peruano, hasta hace unos años el término
preferido para hablar de aquello que venía de las clases populares, indígenas
y mestizas era ‘cholo’, ahora se prefiere hablar de ‘chicha’. Podemos hablar de
ella a partir de los setenta, aunque su mayor fuerza y autoafirmación
comenzaría en los ochen-ta, precisamente con el desborde de migración de todo
el Perú hacia Lima provocado por la guerra interna. Estos migrantes eran hijos
de campesinos, obreros o pequeña burguesía pro-vinciana que al venir a esta
ciudad se proletariza-ban y adquirían una singular conciencia de clase, ya que
el rasgo común que compartían era el de ser todos ‘provincianos’”, cuenta
Villar, que además cuenta con un programa en la radio peruana.
¿Cómo describirías a las expresiones culturales de la
chicha? ¿Cómo ha evolucionado y cómo se manifiesta en la actualidad?
Durante mucho tiempo ha sido "el baile de los que
sobran", es decir, la cultura de los marginales, de los informales, de
aquellos que no se han adaptado a los estrictos cánones de "occidentalización".
Es una cultura barroca, del exceso, carnavalesca, cuestionadora de los cánones
y regímenes disciplinarios. Es la venganza del indio que se burla de la cultura
de los dominantes y los colonizadores, apropiándose de sus códigos y transformándolos
en algo nuevo.
La música chicha es sólo la manifestación sonora de esa
cultura viva y se caracteriza por utilizar los instrumentos del rocanrol (bajo,
guitarra y batería) pero tocados de una manera que ningún canon occidental
imaginó. Es una larga historia de metamorfosis que comienza con grupos como Los
Destellos y virtuosos músicos como Manzanita (formador del grupo Manzanita y su
Conjunto) y que tiene un auge en los ochenta con Los Shapis y Chacalón y que vuelve
con fuerza en los últimos años con nuevas bandas de todo el país.
¿Cómo la fuerte entrada de inmigrantes a Lima determinó la
música que se comenzó a realizar? ¿Llegó también una influencia de la cultura
amazónica y con ello, de la ayahuasca?
La chicha es una música de migración, de desterritorialización,
de nomadismo y transformación.
Asimila tanto lo rural como lo moderno, lo indígena como lo
occidental, el huayno como el rock, esta hibridez ya estaba en sus orígenes.
Muchos de los guitarristas de la chicha están influenciados por las músicas
nativas y folklóricas, es inevitable que ellos al venir a Lima trajeran sus
músicas locales pero reinterpretadas bajo la sonoridad de la guitarra
eléctrica. Las escalas pentatónicas del huayno serrano o las polifónicas de la
música amazónica se manifiestan en sus ejecuciones musicales.
La influencia de la cultura amazónica es más de los ochenta,
ya que en esa época la guerra se traslada desde el sur andino a las regiones
amazónicas y a la capital del país. Aunque la influencia específica de la ayahuasca
y la psicotropia amazónica ya se encuentra en los primeros grupos de chicha que
aparecen en la selva en los setenta.
¿Cuáles son esos grupos? ¿Cómo se refleja el consumo de ayahuasca
en ellos? ¿Hay diferencias frente a los de los ‘90 que te refieres en el texto?
Cuando Juaneco y su Combo surge en Pucallpa a inicios de los
setenta, su guitarrista era un pro-fesor de secundario llamado Noé Fachín a
quien decían "El Brujo", porque era alguien que hacía tomas de
ayahuasca y que incluso llevaba turistas a la comunidad shipiba de San
Francisco a una hora de Pucallpa. Ahí fueron Allen Ginsberg y Burroughs y hasta ahora es un centro de
peregrinaje de europeos y americanos que buscan "revelaciones" de la
planta.
El pueblo shipibo se ha “aculturado” y “achichado” mucho en
los últimos años, pero igual conserva una poderosa artesanía (quizás la más
sofisticada de toda la Amazonía) e identidad.
La ayahuasca es central para comprender muchos de sus más
hermosos diseños y pinturas. Igual-mente el pintor más importante del arte
amazónico peruano, el recientemente fallecido Pablo Amaringo era de Pucallpa y
tenía una estrecha relación con los shipibos. Él era un gran chamán y sus
pinturas son exclusivamente dedicadas a las visiones de ayahuasca.
Volviendo a Juaneco, una canción como “Vacilando con
ayahuasca” tiene una más que evidente cercanía con el tema, pero lo principal
era el estilo de tocar la guitarra de Fachín, de extrema delicadeza, pero
también de frondosidades sonoras que evocan tanto la naturaleza amazónica como
la psicotropia que es inherente a ésta. En los ‘90 está influencia decae,
aunque hay nuevas bandas como Los Chapillacs que están revalorando el aspecto
más ayahuasquero y psicodélico de la chicha.
¿En qué se puede observar esta relación, tanto de la música
como de los carteles chicha?
El entorno natural de Los Andes peruanos como del Amazonas
es un estallido de color. Hay flores e insectos fluorescentes de todas las
tonalidades. Ahora, cuando uno ve los diseños abstractos en telas y pinturas que
vienen desde la época prehispánica uno puede pensar que la psicodelia se
inventó en Los Andes y el Amazonas. Pero creo que el entorno natural es tan
alucinógeno que las plantas son un complemento que potencia esa realidad. No es
lo mismo tomar ayahuasca en la ciudad que en la selva. Las visiones psicotrópicas
son más ricas cuando la realidad que nos rodea es más rica también.
El afiche chicha nace muy influenciado por los vestidos de
la Sierra Central, pero en la chicha amazónica sí hay una fuerte influencia del
folklore, los mitos, los sonidos y las visiones de la cultura nativa shipiba
¿Por qué utilizas el término “chichadélica”? ¿Qué parte
cumplieron el rock y la cultura hippie en la conformación cultural chicha?
En los primeros momentos de la música chicha, fue muy
influenciada por el rock norteamericano y por la contracultura hippie y
psicodélica. Muchos de los músicos de la primera etapa venían de grupos beat y
rocanrol. Recordemos que la chicha comienza el año ’68, una época eminentemente
influenciada por esta contracultura.
Por lo demás, el Perú siempre fue un polo de atracción para
los escritores beat, y de ahí para buena parte de gente que pertenecía a estas
propuestas. Dennis Hopper con Peter Fonda vienen a filmar “The last movie” en
la comunidad andina de Chincheros, aunque dicen que más que psicotrópicos, de
lo que abusaron fue de la droga más popular del Perú en el mundo: la cocaína.
La contracultura muere entre tiros de coca y pinchazos de heroína en los
setenta y el hippie da paso al junkie. En el Perú la influencia del rock y la
psicodelia decaen y viene una época de mucha politización y feroces luchas de
clase. Como que no había mucho tiempo para vivir "volado".
¿Crees que hay influencia de otras drogas?
Aparte del cáñamo para los costeños, el San Pedro para los
serranos, o la ayahuasca para los amazónicos, la gran droga de los peruanos es
el alcohol. En eso todos los países andinos (Perú,Chile, Bolivia, Ecuador) nos
parecemos.
La música chicha es un género utilizado incluso a modo de
denuncia de problemáticas sociales, ¿crees que al ser popular, vive también
junto a las expresiones propias de cada cultura originaria?
Los indígenas rechazan lo chicha, rechazan lo mestizo, rechazan
el término “cholo”; aunque igual bailan música chicha y van a la ciudad e
interactúan con lo moderno. Creo que es una forma de resistir a la mirada
“exotista” o “colonialista” que inevitablemente los no originarios tenemos. Lo
chicha es lo indígena en la ciudad, lo originario en contacto con la
modernidad, es una cultura “impura” e híbrida. Yo tengo en mi sangre herencia
quechua, mi piel es “color indio” y chaccho coca, así es que cultural y
racialmente me puedo considerar un originario moderno, un indígena de la
ciudad, un sujeto “chicha” Aunque por estrategia política prefiero el término “popular”
para hablar de las distintas mani-festaciones, mestizas, indígenas y nativas de
mi país. Solidaridad de clases antes que todo.
¿Crees que la relación con las culturas nativas trae consigo
una aceptación o valoración del uso de drogas o alucinógenos?
Las culturas originarias sabiamente no consideran a sus
plantas sagradas como drogas ni promueven la adicción. El ayahuasca se utiliza
incluso para "curar" adicciones a drogas sintéticas como la cocaína.
Yo defiendo ardorosamente el chaccheo de coca, me parece mejor que un tiro y su
efecto es más lento pero mucho más saludable. Una bola de coca en la boca no te
pone idiota como el "Negro" Piñera, te da lucidez y fuerza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario